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VIAJAR A NORUEGA: UNA GRAN AVENTURA

VIAJAR A NORUEGA: UNA GRAN AVENTURA

 

Cuando pensamos en viajar a Noruega lo primero que nos viene a la cabeza son los fiordos, las auroras boreales, la nieve e incluso los gnomos y los trolls. Montañas con cascadas imposibles, lagos que salpican toda la geografía o infinidad islas conectadas por pequeños puentes son también imágenes muy recurrentes. Conoce como se crean, en que época del año podrás ir a verlas, desde que lugares se ven mejor y mucho mas en este articulo sobre Auroras Boreales.

 

Viajar a Noruega

Lofoten

 

Pensamos en el frío, la nieve y el hielo; pero también en el verdor veraniego, la explosión de color tras el invierno y, en definitiva, la inmensidad de sus paisajes. Huskies tirando de trineos, renos más grandes que caballos e incluso ballenas.

 

También recordamos a sus pobladores ancestrales: los vikingos y el pueblo sami. Los unos desaparecidos hace siglos, pero aún presentes en muchas tradiciones, folclore y arquitectura. Los otros, perdurando y transmitiendo aun hoy sus costumbres y su cultura.

 

No importa todo lo que leamos o hayamos visto sobre Noruega, aunque encontremos esas imagenes que tenemos en la cabeza, siempre será muy diferente y muy especial experimentarlo de primera mano.

Índice de contenidos

  • ¿Dónde está Noruega en el mapa?
    • ¿Cuáles son las ciudades más turísticas?
  • ¿Por qué viajar a Noruega?
    • Fiordos y auroras boreales: las grandes estrellas
  • ¿Qué más hacer en Noruega?
  • ¿Cuándo viajar a Noruega?
  • ¿Cómo viajar a Noruega? Requisitos para viajar a Noruega como turista
    • Alojamiento y vuelos

¿Dónde está Noruega en el mapa?

 

Noruega es un país que ocupa un 75% de la extensión de España, pero que cuenta con poco más de 5 millones de habitantes (menos que Madrid). Eso nos da una idea del alcance de sus paisajes y de la sensación de libertad que se experimenta al recorrerlos.

 

Verano noruego

Verano noruego

 

Noruega forma parte de lo que se conoce como “países escandinavos”, junto con Suecia, Dinamarca e Islandia. Estos se encuentran en el extremo norte de Europa, y comparten muchos aspectos culturales y lingüísticos. Finlandia, aun sin ser escandinavo y teniendo una lengua nada relacionada, se suele incluir en este grupo de países ya que existen numerosos acuerdos a nivel económico o de inmigración.

 

Su costa (al sur, oeste y norte del país) tiene salida al océano Atlántico y al Ártico. Al observar un mapa nos damos cuenta de que es una costa bastante irregular y de que la tierra parece romperse, dejando al mar adentrarse varios kilómetros en muchas ocasiones. Estos son los famosos fiordos noruegos, antiguos glaciares que excavaron la tierra y al derretirse dejaron paso al mar. Es sin duda una de las características más únicas del país. Por poner un ejemplo, Suecia, país vecino de la península escandinava, solo cuenta con un fiordo. En Noruega hay más de mil.

¿Cuáles son las ciudades más turísticas?

 

Bergen

Bryggen (Bergen)

 

La capital de Noruega, Oslo, es quizás la ciudad más conocida y uno de los mejores puntos de partida para empezar nuestro viaje. Con algo más de 700 000 habitantes, esta ciudad nos ofrece todos los aspectos de una capital europea, pero sin el trasiego y el estrés de una gran ciudad: tiene el tamaño perfecto. Entre sus muchos atractivos destacan sus museos, sus parques y sus espacios urbanos modernos y bien cuidados.

 

Bergen es la segunda ciudad de Noruega en cuanto a población y actividad económica. Se trata de uno de los lugares imprescindibles. Situada entre siete montañas, en la costa oeste del país, esta población tiene todo el encanto de la Noruega más auténtica con las comodidades de una ciudad. El teleférico; el funicular; sus pequeñas calles adoquinadas; las casitas de colores; el barrio hanseático de Bryggen; su nutrida escena artística o el mercado de pescado son solo algunos de sus numerosos reclamos.

 

Trondheim es también un punto relevante en nuestro viaje. Ubicada a la orilla de un fiordo, en la parte central del país, es la puerta de entrada a la mitad norte, que comprende las regiones menos pobladas y más vírgenes. Es el hogar de la imponente catedral de piedra: Nidaros. Aquí encontramos de nuevo esas pequeñas calles inclinadas, de piedra y pequeñas casas de madera. También cuenta con otros encantos como la fortaleza de Kristiansten, numerosas rutas a pie y en kayak; y un nutrido número de eventos como el mercado navideño, conciertos al aire libre o el festival de Saint Olaf, entre otros.

 

Más allá de las tres principales ciudades, existe también un buen número de enclaves cuya visita es obligada si queremos descubrir esa Noruega más auténtica: Alta, Tromsø, Senja o Budø (algunas de las ciudades más relevantes en el norte del país); también las islas Lofoten; Ålesund; la región de Sogn og Fjordana; Stavanger y la región de Rogaland; Kristiansand o Lillehammer.

¿Por qué viajar a Noruega?

 

Bandera noruega

 

Plantearse viajar a Noruega es siempre plantearse una aventura. Visitar Noruega, independientemente de la época del año, significa abandonar la claustrofóbica y ajetreada vida urbana para adentrarse en parajes cuya inmensidad nos ensancha también por dentro.

 

Se trata de un país moderno, con gente acogedora y entornos y costumbres diferentes que nos transportarán sutilmente a otro mundo, diferente del que estamos acostumbrados.

 

También es uno de los países más seguros y tranquilos del mundo, donde podremos disfrutar de nuestro viaje de manera bastante despreocupada. Siempre descubriremos nuevos lugares, sin importar cuántas veces visitemos este país.

 

Es sin duda un territorio mágico. Sin perder totalmente la familiaridad que nos ofrece un país europeo, encontraremos que hay muchas y grandes diferencias con España, que nos cautivarán por su exotismo.

Fiordos y auroras boreales: las grandes estrellas

 

Auroras Boreales

Auroras Boreales

 

Como ya hemos apuntado, los fiordos noruegos son sin duda la característica más única y especial de este país, al menos a nivel geográfico. El mejor momento para disfrutar de ellos es en verano, ya que existe un buen número de opciones que nos permitirá atravesarlos en barco, contemplando así las monumentales montañas desde abajo. Existen además muchas rutas que permiten lo contrario, observar los fiordos desde lo alto. Puede que una de las más conocidas sea la de Trolltunga.

 

Aunque los fiordos noruegos salpican todo el país y estos se adentran varios kilómetros en tierra, es a las zonas costeras donde habremos de dirigirnos para poder visitarlos. Existen numerosísimas opciones, entre los más conocidos destacan Sognefjord, Næroyfjord, Aurlandsfjord, Lysefjord, Geraningerfjord, Nordfjorden, Hardangerfjord o Trollfjord; pero hay muchísimas más opciones.

 

Y si los fiordos son las estrellas del verano, las auroras boreales son sin duda las del invierno. Esta será la época del año en la que tendremos que viajar a Noruega si queremos tener alguna oportunidad de verlas.

 

No obstante, hay que tener en cuenta que este fenómeno, causado por el viento solar, no es fácilmente predecible. Por eso no podemos organizar nuestro viaje solo entorno a esto. Las auroras deberían ser como la guinda del pastel.

 

Existen algunas apps y páginas web que permiten predecir algo más las posibilidades de que haya auroras con varios días de antelación. También hay que pensar que, cuanto más al norte nos encontremos, con mayor claridad podremos verlas (si se dan).

¿Qué más hacer en Noruega?

 

Además de las ciudades, en Noruega existen infinidad de sitios con encanto que merecen, si se tiene suficiente tiempo, una visita. En las principales ciudades y pueblos por los que pasaremos durante nuestro viaje suele haber oficina de turismo, incluso si el área en la que estamos no es muy turística. Allí estarán encantados de ayudarnos y aconsejarnos sobre las cosas más interesantes de los alrededores.

 

En lugares como Oslo y Bergen es posible encontrar personas que hablan español en estas oficinas; en lugares más pequeños o menos conocidos tendremos que comunicarnos en inglés. Aún así, estas oficinas cuentan con elementos de soporte gráfico como mapas o panfletos con información en diferentes idiomas, entre los que suele estar el español.

 

Independientemente de los sitios turísticos, no debemos olvidar que nos encontramos en un país en el que la naturaleza es muy abundante y lo rodea todo. En ocasiones, podremos simplemente pasear por un bosque; nadar en un lago o en un fiordo; o pernoctar en una de las cabañas gratuitas que ofrece la organización de senderismo DNT.

 

La gastronomía es otro de los aspectos a explorar en nuestro viaje. Desde los ya clásicos salmón y bacalao noruegos; pasando por los kanelboller (bollos de canela) y otros dulces hasta sus variados e interesantes quesos o sus gachas tradicionales; Noruega nos ofrece un abanico de sabor, cromático y olfativo; con una identidad fuertemente anclada en sus tradiciones pesqueras y rurales, y grandes toques de modernidad, adaptando esos platos a nuestros tiempos.

 

La vida nocturna en las ciudades es también viva y vibrante pero no está al alcance de todos los bolsillos, ya que en Noruega tanto el alcohol como el tabaco están sujetos a altos impuestos. También podemos comprar estos productos en los supermercados, con la excepción de las bebidas alcohólicas de alta gradación. Estas han de comprarse en los vinmonopolet, algo así como estancos de alcohol, establecimientos regulados por el gobierno. Existen unas cantidades máximas que un viajero puede transportar desde el extranjero sin declarar: entre un litro y un litro y medio dependiendo de si se trata de bebidas con alto contenido alcohólico o cerveza y vino; y 200 cigarrillos.

 

Otra opción es adquirir estos productos en el aeropuerto de llegada, donde encontraremos precios ligeramente más asequibles que en las tiendas.

¿Cuándo viajar a Noruega?

 

Invierno noruego

Invierno noruego

 

Las posibilidades que ofrece este país están absolutamente condicionadas por las estaciones y las condiciones meteorológicas. Podríamos pensar que así sucede en la mayor parte de países no tropicales, pero en el caso de países tan septentrionales las condiciones meteorológicas son especialmente relevantes. Noruega es un país de estaciones, y sus habitantes organizan su vida y su ocio entorno a estas.

 

Si lo que queremos es contemplar paisajes tan verdes como los de las fotografías, subir a los puntos con vistas más imponentes o simplemente perdernos explorando; tenemos que viajar a Noruega en verano. El momento idóneo es mayo, ya que la temperatura empieza a ser buena y a llover menos. Al mismo tiempo no encontraremos la misma masificación que en los meses de temporada alta y quizás los precios de algunos alojamientos serán más asequibles.

 

Durante estos meses dispondremos además de más horas de luz que en España, pudiendo así alargar las excursiones que decidamos hacer o sacar más partido a los días. El verano en Noruega es al aire libre.

 

Es fundamental documentarse sobre los meses de apertura de ciertos monumentos naturales y parques, ya que en invierno encontraremos la mayor parte de las rutas a ellos cerradas al tráfico o sin transporte público. Además, caminar en determinadas zonas altas cuando estas están cubiertas de hielo y de nieve puede ser bastante peligroso, por muy buen equipo que llevemos. En cualquier caso y si hay dudas, lo mejor es siempre preguntar a la gente que vive en los alrededores de estos puntos, ya sea en oficinas turísticas, restaurantes o tiendas, por ejemplo.

 

Si, por el contrario, lo que buscamos es la blancura virgen de los paisajes helados, el invierno es nuestra estación. Es también una experiencia única e irrepetible. En invierno podremos, por ejemplo, practicar ski de fondo en casi cualquier lugar donde haya nieve. Hay zonas especialmente proclives, pero por norma general la nieve suele cubrir las zonas del país más alejadas de la costa. También es esta la estación para, si se dan las condiciones, contemplar las auroras boreales.

 

Es un momento del año para disfrutar de las cosas pequeñas, pasear durante las horas de luz (mucho más cortas de lo que estamos acostumbrados) y aprovechar las tardes para imbuirnos de ese espíritu que los escandinavos llaman Hygge ya sea tomando un café o té junto a una chimenea, en una cena con amigos o simplemente compartiendo historias alrededor de una mesa.

 

Los meses de invierno nos ofrecen la quietud de esos paisajes estáticos, la hospitalidad de los pequeños cafés donde podremos disfrutar de un buen gofre con brunost (queso marrón), café caliente, chocolate, tartas o galletas de pimienta, entre otros manjares.

¿Cómo viajar a Noruega? Requisitos para viajar a Noruega como turista

 

Noruega no forma parte de la Unión Europea, pero se encuentra dentro del espacio Schengen, junto con otros 25 países (entre los que está España). Esto significa que, entre los países que conforman este espacio, no hay controles fronterizos. Para viajar a Noruega nos bastará con nuestro documento nacional de identidad, si bien es recomendable llevar con nosotros el pasaporte, dado que si perdemos el DNI nos servirá para identificarnos en el aeropuerto o ante las autoridades.

 

Así mismo es también buena idea llevar con nosotros el carnet de conducir, si se dispone del mismo. Existen numerosas empresas y plataformas de alquiler de vehículos, y esto amplía enormemente las posibilidades en regiones remotas del país donde el transporte público no es tan abundante o frecuente.

 

En cuanto a la asistencia sanitaria, el sistema noruego es público y universal pero de copago. Eso significa que de los primeros 200-250 euros de gasto sanitario se hace cargo la persona o el seguro que tenga contratado en su caso. A partir de ahí, el sistema sanitario corre con todos los gastos.

 

Por tanto, es altamente recomendable viajar a Noruega con la tarjeta sanitaria europea. También es buena idea contratar un seguro médico de viaje, pero no es imprescindible.

 

La moneda de este país es la corona noruega, internacionalmente abreviada como nok y localmente como kr. Como todas las monedas, su valor fluctúa diariamente, por lo que es difícil establecer unas cantidades fijas. No obstante, suele oscilar entre las 9 y las 10 coronas por euro, por lo que dividiendo los precios mentalmente entre 10 obtendremos una idea aproximada del valor en euros del objeto que deseemos comprar.

 

Es posible pagar con tarjeta en la mayoría de establecimientos, y no suele haber una cantidad mínima como sucede en España. Se puede comprar incluso un chicle o un caramelo y pagar con tarjeta. Para realizar este tipo de pagos no importa la divisa en la que tengamos nuestro dinero ya que la conversión se realiza de manera automática al pagar. Dependiendo del banco se aplicará una pequeña comisión, alrededor del 2%. En general sale más rentable pagar con tarjeta que con dinero cambiado.

 

Aun así siempre es recomendable tener a mano algo de dinero en metálico, por lo que es buena idea cambiar algunos de nuestros euros por coronas noruegas. Hay diversas formas y lugares para realizar este cambio: en nuestro banco, antes de viajar; en los aeropuertos, tanto de salida como de llegada; y en establecimientos especiales en las propias ciudades noruegas.

 

Este último método, in situ, es por lo general el más económico y rentable, aunque tenemos que tener en cuenta que ningún establecimiento de cambio o banco nos dará nunca el valor íntegro de la moneda, cargando una pequeña comisión. Skandinavia AS, Forex, Ria o Tavex son algunos de los más conocidos. También podemos ir directamente a un cajero en Noruega, pero tendremos que comprobar si nuestro banco nos aplica comisión por sacar dinero en el extranjero.

 

Por último, pero no menos importante, está la cuestión del idioma. Noruega es un país moderno y bien relacionado con el exterior, donde prácticamente toda la población habla inglés (aunque podemos encontrar personas de mayor edad en zonas rurales que no lo hablen mucho). ¿Quiere esto decir que necesitamos hablar inglés para viajar a Noruega? Sí y no.

 

Evidentemente, si al menos hablamos un poco de inglés tendremos muchas más facilidades a la hora de comunicarnos, podremos llegar a lugares más recónditos y tener una experiencia mucho más personal quizás.

 

Sin embargo es posible un acercamiento más general al país sin hablar inglés. Oslo, Bergen, Trondheim, Stavanger O Kristiansand (las 5 ciudades principales del país en población) son lo suficientemente cosmopolitas y adaptadas al turismo por lo que encontraremos también información en español en museos, transporte público, aeropuertos, hoteles y oficinas de turismo. Incluso si la persona que nos está atendiendo no lo habla, hará todo lo posible por ayudarnos.

Alojamiento y vuelos

 

Volar a Noruega

 

Para los más urbanitas hay siempre opciones de alojamiento confortable, incluso en los lugares más recónditos. Existen numerosas cadenas hoteleras con establecimientos repartidos por toda la geografía: allí donde haya algo turístico, por pequeño que sea el pueblo, encontraremos un hotel.

 

Para los más aventureros existe también un buen número de opciones como albergues internacionales, hostels, apartamentos y un largo etcétera. Estos lugares son idóneos para conocer a otros viajeros, recopilar información sobre el lugar y disfrutar en compañía de las pausas de nuestro viaje.

 

Los alojamientos disponen casi siempre de información sobre eventos locales y atractivos turísticos, por lo que es buena idea conversar con la persona que está en recepción para pedir consejos e indicaciones.

 

En lo que se refiere a vuelos, hay muchas ciudades noruegas que están bien conectadas con vuelos internacionales, aunque las más asequibles serán siempre las más conocidas y transitadas: Oslo, Bergen, Stavanger, Tromsø… Ya dentro del país existe también una cantidad razonable de vuelos domésticos, que conectan ciudades. Si las distancias son muy grandes, será preferible tomar un vuelo que hacer viajes de tren cuya duración puede alcanzar hasta las 20-24 horas, si contamos con transbordos.

 

Aunque volar con ciertas compañías lowcost para viajar a Noruega puede parecernos tentador, dados los precios, hay que tener en cuenta el aeropuerto de llegada. En el caso de Oslo, Ryanair solo vuela al aeropuerto de Sandefjord (TRF), a 110 kilómetros de la capital noruega. Lo que ahorramos en el vuelo, lo gastamos en el tren, y encima volamos más incómodos y con menos equipaje.

 

Es mucho más cómodo y conveniente volar al aeropuerto de Gardermoen (OSL), principal aeropuerto de Oslo y del país. Este cuenta con distintas opciones de transporte como el tren normal y el exprés, que además viajan con mayor frecuencia. También está conectado por vuelos domésticos, tren y autobús con otras zonas del país, por lo que si Oslo no es nuestro destino, ahorraremos dinero y tiempo en el desplazamiento.

 

Muchas compañías vuelan a Gardermoen y por eso será posible encontrar vuelos asequibles. Norwegian es, en este sentido, una compañía lowcost pero que no renuncia a la comodidad de sus pasajeros: asientos a una distancia razonable, conexión Wi-Fi a bordo, mayor permisividad con el equipaje y posibilidad de imprimir tarjetas de embarque en el aeropuerto gratuitamente o de mostrarlas en la app de nuestro móvil, entre otras ventajas. También podemos encontrar buenos precios en la otra principal compañía aérea del país: Skandinavian Airlines (SAS); así como en muchas otras compañías internacionales.

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